02 julio 2010

Hurakan

Y de regreso a la montaña, los árboles habían crecido, sus ramas impedían el camino y las piedras movidas por el agua también. El maestro me enseñó que hay que acomodar de nuevo las cosas, regresar, ver y acomodar. Como algo cíclico. La naturaleza, la montaña me recordó mi estado de rutina, de que se me olvida volver acomdar, acomodar sentimientos, cosas, lugares, planes, amistades, relaciones, la ciudad me envuelve en la rutina.

Nos pusimos a jugar, a mover piedras, limpiar camino, cortar ramas, abrir paso...a volver acomodar. A volver aprender a acomodar, a soltar una piedra sin acomodar, dejando que ayude ella misam su acomodo.

Y de regreso a la ciudad, donde no hay árboles y no hay piedras como en la montaña, donde todo está estructurado, vino Hurakan, unos de los 13 dioses de la creación según la mitología Maya, vino a recordar la lección de la montaña, vino a recordar...movió la tierra pero la hizo más fértil, le entregó agua, y nos movió, vi personas de la ciudad ayudando a quitar piedras, ayudando a damnificados...acomodando. Hurakan vino a recordar, a que nosotros creáramos. Me da gusto el Huracán, porque me recordó la montaña, la enseñanza de volver a acomodar, no solo lo físico, sino mi interior.

1 comentario:

ALVM dijo...

:D

gracias !