La Madre Tierra y su equivalencia como Diosa madre es un tema que aparece en muchas mitologías. La Madre Tierra es la personificación de la Tierra, generalmente además descrita en varias culturas como una diosa fértil, que representa a la tierra fértil; siendo también descrita en algunas culturas como la madre de otras deidades, en la que se las ve como patronas de la maternidad. Generalmente se creía esto porque la tierra era vista como madre de toda la vida que crecía en ella.
La Madre Tierra representa el amor maternal, quien vela por nosotros y nos acoge con amor.
La Madre Tierra nos renueva con su energía, dispersa en todos lados, basta que te des cuenta de ello para que puedas, en conciencia, disfrutar de todos los dones que te ofrece.
En la medida que estés en armonía con ella, te protegerá y te dará información para que te perfeccione junto con ella, de éste modo, no te atacará.
Es importante despertar tu conciencia y aceptar que los cuatro elementos de la Tierra están dentro de tí, queres igual que la Tierra y en la medida en que armonices tu interior, te armonizas con la Madre Tierra.
Te comparto una meditación que te ayuda a integrarte con la Madre Tierra:
- Sentado, respira profundamente, relaja tus músculos, en especial aquellos puntos donde existe tensión. Cierra tus ojos y respira normalmente, tranquilamente.
- Ahora fija tu atención en donde estas haciendo contacto con el suelo, siente su apoyo. Visualiza como se conecta tu columna con la Tierra.
- Visualiza una luz o energía que conecta la base de tu columna vertebral con el centro de la Tierra. Percibe la luz como dorada que desde allí va subiendo y atraviesa toda tu columna hasta salir por la coronilla de la cabeza.
- Lleva ahora tu atención a la cima de tu cabeza, percibe o trata de sentir que se abre y que penetra una luz blanca que viene de lo alto. Esta luz recorre todo el cuerpo impregnándolo, llenándolo de esa luz, piensa y siente que limpia y renueva toda tu energía.
- Concentra tu atención en esta luz y ve como sale por los dedos de tus manos, como si recorriera tus venas, que sale por las plantas de tus pies y la base de tu columna vertebral, trata de observar como se lleva todos tus males, trasladándolos al centro de la Tierra.
- Al llegar ahí, toda inquietud, mal, enfermedad, problema o malestar, son transformados en una nueva luz dorada que regresa a ti con la energía nueva, renovada.
- Cuando finalices el ejercicio, incorpórate nuevamente con suavidad, disfruta de este momento de paz y tranquilidad.
Léela con calma antes de hacerla, si puedes grábala para que la escuches y así te puedas guiar o pide a alguien de confianza que te lea mientras haces esta meditación.
Bendiciones para ti.
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